Ser actor, la complejidad de la sencillez
Hablar del mundo del actor es una tarea que puede ser delicada, nos formamos, entrenamos, nos perdemos, deseamos, nos frustramos, luchamos, creemos, expresamos...
¿Qué hace o qué debería hacer un actor? Encontrarse con esa pregunta. Habitualmente. Con esa y muchas más.
Trabajamos con nuestras herramientas vitales, el cuerpo, la mente y la imaginación, ¿pero cómo activarlos de manera orgánica y específica? La formación es variada, en técnicas, puntos de vista, acercamientos a la creación de personaje, lenguajes de expresión... si buscamos, la búsqueda puede ser... ¡infinita!
Buscamos la panacea, la solución rápida a todos nuestras inseguridades y en la mayoría de casos, la respuesta se convierte en algo sencillo pero complejo a más no poder: cada actor encuentra su manera.
Somos responsables de crear personajes y mundos imaginarios, de hacerlos reales, de vivir en ellos y hacer que aquellos que nos vean existir de verdad ahí dentro, en la burbuja imaginaria, puedan creer en las historias que explicamos.
Mel Churcher hace una exposición de este tema y suele hablar de nuestros quebraderos de cabeza en su blog y lo hace de una manera, clara, sencilla y específica, puede serviros, o no, pero desde la admiración, recomendamos su blog linkando su último post del 2013, ¡esperamos que lo disfrutéis!